domingo, 18 de septiembre de 2011

A la espera de la regeneración política

La situación en la que se ve inmersa hoy día la política y, en particular, la “clase política”, es limite, al borde del abismo, de la incredulidad mas absoluta y, sobre todo, de un total descreimiento de la sociedad en ellos.

Todo lo que se esta publicando, día si y otro también, sobre los malos usos y abusos del dinero publico por los políticos designados en las urnas daña enormemente la credibilidad de todos ellos, estén limpios o no, porque al fin y al cabo la sociedad es muy “canalla” en esos temas y tiende a meter a todos en el mismo saco, aunque la honradez les rezuma por la piel, todos serán tildados de ladrones, sin compasión alguna.

Ahora es el PP el que atiza este fuego inquisitorio contra los cargos del PSOE, pero no importa, porque en un mañana no muy lejano será al contrario, serán los socialistas quienes quemen en los titulares de prensa a las huestes de la derecha, y así ha sido y será hasta el final de los tiempos, todo un ciclo interminable.

Pero ninguno de ellos es capaz de hacer lo que critica cuando están afuera, jamás se atreverán a hacerlo, porque seria como un “harakiri” voluntario, seria como tirarse piedras sobre su propio tejado, ¿o no es así?

No hay que creer en ninguno, ni en los que hoy critican y mañana se defienden, ni en los que hacen lo contrario, sobre todo mientras estén los mismos, los que no creen en los valores de la sociedad que los ha elegido inocentemente, los que se perpetúan en el poder solo por mantener una buena soldada para seguir viviendo sin hacer nada, los que no saben ni quieren saber que el paso por la política es transitorio y caduco, pero no cuando llevas 40 años haciendo lo mismo, sino mucho antes de eso, hay que saber cuando hay que dejarlo, no hay que dejar que el tiempo te haga perezoso.

Hoy me apeno como socialista al leer que el Secretario General de todos los socialistas sevillanos, José Antonio Viera, volverá a presentarse a la reelección para el cargo, y que, además, ira al Congreso. Otro ejemplo más de poca cordura política, tampoco supo o, mas bien, no quiso saber retirarse a tiempo, un tiempo que hace mucho que expiro para el y todos sus acólitos.

Mientras no exista una regeneración de la política no habrá remedio a todo esto, pero yo hablo de REGENERACIÓN, con mayúsculas, de una que exija una titulación adecuada al que quiera ejercer la política, como en cualquier trabajo te piden acreditar con un titulo tu aptitud, de una que marque por ley, no por recomendaciones, los sueldos que deben ganar honradamente los políticos, y, sobre todo, de una que marque el limite máximo de un mandato, desde un alcalde del pueblecito más pequeño del país hasta llegar al mismísimo Presidente de Gobierno.

Porque todo ello contribuiría como remedio natural para una enfermedad que se extiende sin límites en la clase política, algo que tiene nombre y apellidos y que la esta carcomiendo, y que no es otra cosa tan fácil como que NADIE CREE EN ELLOS.

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