El cara a cara

Ayer tuvo lugar el cara a cara tan esperado por todos los españoles entre los dos lideres con mas posibilidades de conseguir la Presidencia del Gobierno de España. La verdad es que me sorprendió un poco el desarrollo del mismo, porque me esperaba un formato como el de años anteriores, osea, un monologo de cada uno de los debatientes sobre lo que va a hacer, pero fue grato observar desde el primer minuto que iba a ser un debate de verdad, con interpelaciones y con interrupciones entre los dos políticos.

Una vez dicho esto, me parece que tampoco me sorprendió lo que vi, un Rajoy que no dijo un ápice de lo que tiene en la cabeza, sino mostrando su tono mas conciliador y usando lo que mas le convenía en estos momentos, el paro y la economía, recurriendo a ellos en todas las fases del debate aunque no se trataran esos temas. Fue un rintintín de “lo que ustedes han hecho mal”, solo eso, ni una sola propuesta de futuro, si, dijo que había que arreglar el paro, que fomentar el empleo, que arreglar la política exterior, que ayudar a las Pymes, pero en ningún momento le escuche “el como”.

Creo también, muy a mi pesar, que también Alfredo se equivoco, comprendo que en la primera fase estuviese a la defensiva, pues los temas del paro y la economía eran indefendibles, y mas habiendo formado parte del gobierno, pero en las dos fases restantes, cuando se hablo de Sanidad y Educación, de Igualdad, de Pensiones, de derechos sociales, de terrorismo, de seguridad, en todos esos temas Alfredo no debía consentir que Rajoy le diera lecciones, era el momento de atacar al cuello, de dar la dentellada, de ganarse con carácter a la izquierda mas izquierdista del PSOE, y no lo supo hacer, desgraciadamente.

Sigo pensándolo, echo en falta un “Guerra” en el PSOE actual, alguien que haga de malo para la derecha y que levante pasiones extremas en la izquierda, no lo hay muy a nuestro pesar, y eso se nota, sino que se lo pregunten a Felipe.

Dicho esto, hoy en el trabajo un compañero me comentaba “hay que cambiar, aunque sea  a peor”, yo me quede boquiabierto, pero cuando me detuve un momento a pensar me dije que precisamente eso era lo que ocurría, la gente quiere cambiar por cansancio de lo que ve, aunque Rubalcaba hubiera hecho magia esa noche los ciudadanos seguirían queriendo cambiar “aunque sea a peor”, pero quizás, no , seguro, la gente no sabe que no es lo mismo recibir “lo peor” con un gobierno de derechas que con uno de izquierdas, y si no, al tiempo.