martes, 4 de octubre de 2011

¿Hacia dónde vamos?


Como ciudadano de a pie y, sobre todo, como trabajador de la Sanidad Pública estoy totalmente desconcertado y atónito ante todos los acontecimientos que se están desarrollando últimamente en nuestro país.

Los recortes en Sanidad a los que esta sometiendo el gobierno nacionalista de CiU en Cataluña son muy preocupantes, aunque al resto del país les suene algo lejano y que no les va a llegar nunca a sus casas. Pero lo es aun más el silencio del que se supone, según todas las encuestas, va a ser el partido en el poder a partir del 20N, el PP.

El PP catalán no ha dicho todavía esta boca es mía, por una parte porque no saben si tendrán que contar con los ínclitos de CiU para formar un gobierno en España y no desean enemistarse con sus posibles aliados antes de tiempo, espero que sea eso, porque si no es que piensan exactamente igual que ellos, y esto es lo que me temo que pasará.

El fin del Estado del Bienestar esta al caer, la Sanidad pronto dejará de ser “para todos” a “para el que pueda permitírselo”, como ocurre en la primera potencia mundial, EEUU, modelo conservador donde los haya que ansía copiar la derecha en España. Los seguros privados se frotan las manos, ha llegado su hora, la de pasar la gorra a todo hijo de vecino si quiere ser atendido de sus males.

¿Hacia donde vamos?, yo lo sé, y creo que todos lo sabemos, pero ¿hacemos algo para evitarlo?, NO, lo asumimos y ya está, estamos cansados, asqueados de ver todo lo que pasa a nuestro alrededor pero solo intentamos que no nos salpique, que no nos manche, aunque le caiga toda la mierda al de al lado, no nos importa. Precisamente hoy comentando con un compañero la noticia del ultimátum del Govern a los sanitarios catalanes “o reducción de sueldo o 1500 interinos a la calle”, y temiendo la posibilidad que eso ocurra aquí cuando entren las huestes del PP, él me respondia “si no me van a echar a mí, que echen a los 1500, pero que mi sueldo no me lo toquen”, es triste, pero es lo que pensamos todos, aunque solo unos pocos se atrevan a decirlo en voz alta.

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